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De Venus o Marte

Eres mi despertar. En mis mañanas el sol que me camina la piel. En mis noches esa luna que me la arropa. Contigo he descubierto que existen las margaritas impares. Que existen mas madrugadas de besos, los días de abrazos y caricias, en todos ellos te veo. Te sacaste una mano de la manga para dármela sin miedo, tu figura se hace hielo en mi fuego para calmar mis ansias y me sobrevienes como un mar en cada mirada que veo. Contando mil poemas te verso y te anhelo, sigues mi compás sin cambiarme el paso, el vaso que me bebo contigo siempre está medio lleno. Tus sonrisas, tu creo y tus dedos, dan paso a unos pasos nuevos, vestidos de domingo aunque llueva, rompan los truenos o hiele, porque de caminos eternos me sacas las piedras y si tropiezo, tu te caes a mi lado por ellas conmigo.  Es lo que tiene amar, dijiste, es porque te quiero rezaste, y sin embargo me doy cuenta del camino que nos queda por delante y me asombro de que no estés lejos, que me acomp

Quemo

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Carretas de fondo a lo lejos se oyen, atronadores cien caballos cabalgan sin compás, rompiendo el aire en su camino,  relinchando furia. Regocijos de otros tiempos, bribón de guante blanco y perlas de marfil, contonea su figura al filo, del mástil frío y distante al alba, calma tempestades devastando inmensos campos... Rompen lanzas al viento derrocados ángeles insomnes, que esta noche fría yo la tengo, en la andanada y su clave. Versos callan al verbo de tu labio errante, comedero de otros tiempos donde morían las alas, del angel sin detalle, sin carga, el arma al volante, disipando la niebla ahora, con tus ojos brillantes. No cabe más decir, que lo que no se dice se piensa, ni más letra que acabe en mi, sin saberla cierta. Mil plazas sin nombre, donde ser un hombre se mide a medias, mil batallas en bosques, a ciegas. Y vivo. es lo único que escribo, y quemo, por los poros que muero. No te cuelgues de mi, lu

Des-Tronados

Destronados soles eclécticos, furias del mar, abiertos de par en par, cabalga el miedo. De tu mirar, anhelo repetido de sabio, del caminar, lo mismo, del sabor lento de las estrellas, quiero ahora mi caballo. De voraces y lujos, de lunas y mieles, de tormentas en los pasillos donde te busco... Quiero rodearte, rodarte con mi piel, mezclar tu ser en mi boca, sin que otra sepa a hiel. De corazones sedientos le miento a la medianoche a esta luna a destiempo, al compás de un reproche. Te quiero y te deseo tanto que ciento volando son poco, te bebo en latín, como un noble, como el roble aliento de un bosque, donde los quejidos quebrantan los bordes, de mis testigos son todas las noches, de tus delirios las sombras, que todos los mandados nos sacan, los colores tibios de la madrugada.

Soy consciente

Soy consciente, de que no puede esconderse eternamente el lobo, de lo bobo que parece su temblor a lo que digan, de que Caperucita miente a veces. Soy consciente, de que desaparecer para siempre no es a veces bueno, de que las huidas de forma sin fondo se sienten, de lo poco que amanece sin alguien al lado. Y a veces me crece la nariz para no dolerme, busco un ardid rebuscado en las palabras que digo, como un desliz delicado que sin miedo repito, soy así. Soy de mar, estancado en esta ciudad sin playa, me pongo sandalias al conducir, gafas para andar mirando sin vergüenza, casero hasta la médula. Soy consciente, del vicio que tengo en la sangre, de la nicotina que arde en mis pulmones, de los sermones que a veces por ello me dan. Si soy sincero, se lo que soy y lo que no, se que a veces hay cosas de dos, de que dios tiene mil nombres, de que a veces los hombres matan por él. Si me hago pirata de bandera blanca no me defi

Lili

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De sonrisa bella y mirada abisal, en pausada vida frenética ella baila el mar. La conocí calentando mis manos con sus lunas, y tras las de su coche descosí sus costuras. Esa noche fue la menos oscura en años, matando verbos nos desnudamos la bruma sintética. Sus abrazos desarman, se saca el corazón por la piel cuando abraza y se hace abrigo. Da réplica genial como mi espejo, de ironía desmedida te atrapa su labia  y en su reflejo te quedas. El beso perfecto vive en sus labios, conjura el universo entero en su boca y me conjuga todos los versos. Su cama es campo de batalla y oasis. A veces guerra y a veces tregua que el alma roza, jueves de fiesta y domingo de siesta calma. Nunca vi tanta agua en el marrón de unos ojos, tanto cielo y tan desierto de estrellas, tan lejos, que era corto el año luz, casi como mi cuerda, la lancé para atar su brillo y verlo de cerca, y cuando lo vi...hizo pequeño al sol y me supe condenado a amarla (era ella...). Ha

Cien vidas más

En aquel lugar cerca de tus abrazos, en aquellas miradas me desnudo, quizás exista otro lugar en el mundo, pero yo lo desconozco. Entre caricias y besos nos contamos las horas, en retazos sinceros navegan nuestras manos mientras andamos. Visito sin remiendo el pausar de un latir lento que dentro de ti late. Me paro en los detalles de tu cara, me embeleso sin darme cuenta contándote las pestañas de tus ojos mientras duermes. Mirando dentro de ti, en tu fuego, me reflejo en tus pupilas, llevas todo lo bueno...que más puedo pedir... Que en el cielo abundan huracanes, desafíos insulsos para ahora este indeleble mortal que te acaricia los labios. La dulce sinfonía que me atrapa cuando te beso me trae de nuevo a un planeta que desconozco y donde quiero anclar. Eres todas y cada una de mis noches, incluso aquellas en las que dormimos lejos, eres cada una de mis palabras que en versos derrito y fundo para colarlas por aquí. Eres mi luz, mi devenir austero pero cierto, donde encaramo a l