Arranca la mañana cansada, soplando velas en desdicha, sobre el gris asfalto aún no cuajan las sombras. Arranca la mañana bajo vientos metálicos que arrastran las hojas y el polvo acumulado, la espera se hace larga pero no angosta. Agoto mis últimos párpados a través de un eclipse de gafas mientras apuro el cigarro que me da amparo a la fresca. Delicados cantares de pájaros somnolientos cruzan el aire mientras sueño un café cargado que me retorne a un día que aún no terminado se alarga. Los bancos apagados de amanecer reposan mi cuerpo mientras dirijo versos improvisados. Retomo el aliento vislumbrando a lo lejos el letargo de una siesta inacabada, y ahora...despierto...
Eres mi despertar. En mis mañanas el sol que me camina la piel. En mis noches esa luna que me la arropa. Contigo he descubierto que existen las margaritas impares. Que existen mas madrugadas de besos, los días de abrazos y caricias, en todos ellos te veo. Te sacaste una mano de la manga para dármela sin miedo, tu figura se hace hielo en mi fuego para calmar mis ansias y me sobrevienes como un mar en cada mirada que veo. Contando mil poemas te verso y te anhelo, sigues mi compás sin cambiarme el paso, el vaso que me bebo contigo siempre está medio lleno. Tus sonrisas, tu creo y tus dedos, dan paso a unos pasos nuevos, vestidos de domingo aunque llueva, rompan los truenos o hiele, porque de caminos eternos me sacas las piedras y si tropiezo, tu te caes a mi lado por ellas conmigo. Es lo que tiene amar, dijiste, es porque te quiero rezaste, y sin embargo me doy cuenta del camino que nos queda por delante y me asombro de que no estés lejos, que me acomp
Comentarios
Publicar un comentario
¿Que te ha parecido?