El camino de tu piel

Tu piel es el camino que quiero recorrer,
desde el pelo que te tapa la cara cuando duermes,
hasta el último dedo de tus pies.

Quisiera caminarte de nuevo, retirarte el cabello,
bañarme en tu ser.

En cada poro pararme, besarte y sentir que crezco.

En cada recodo susurrarte los versos que te escribo,
ponerte de punta hasta el cielo cuando te rozo el oído.

Subir despacito tus piernas, acariciándote hasta el ombligo,
bajar al sitio donde realmente puedo ver.

Mirar tu espacio infinito derivado de intensa bruma,
confiarte de nuevo mi espalda y mi boca fiel desde lo alto de tu montaña.

Desperezándote los ojos, para bañarme dentro de tu mirada,
reposar el aliento sin prisa en mitad de inquieta madrugada,
y verte brillar la sonrisa donde veo las ganas de un antojo.

A veces la cama se queda pequeña para tanto amor, para tanta huella,
y en ella a veces sacamos el sol, repasamos los conciertos con los dedos en acorde mayor.

Y resarcirme de ti contigo, crearte batalla en carretera.

Y volver a tu espalda, cuando el cielo se torna de azul amarillo, cuando mis ideas callan.

Darte un abrazo dormido, despertar contigo en la desesperanza de pasión,
 y revelarte la emoción que te tengo cuando te miro.

Y ahora es hora de volver, volverte a recorrer, esa piel que es el camino, el camino donde quiero soler volcarte todas mis yemas, palparte, inusitadamente, en silencio, en mitad de un grito de ausencia, en el ecuador de un cielo bañado de luna llena.

Y volver sobre mis pasos calmados y hacerlos de fuego,
para despertar tus huesos cansados y hacer rebelión.

Y volver a caminarte de nuevo, retirarte al consuelo que quiero darte,
porque cuando te beso la piel,
camino por el destino que callados versos en ella nacen otra vez.

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