La vida en tus manos


Aún recuerdo cuando navegábamos entera la noche,
nuestras manos fieras calmaban sus latidos para reposarse en un abrazo,
éramos invencibles, inseparables, infinitos,
entre cariños y besos hacíamos inmensa la piel,
era un reposo querido, intenso, un pacto para no dormirnos,
cayendo en una fragancia en paraíso versada.

Las horas pasaban, giraban las estrellas fuera,
pero dentro de nuestro marco, tejíamos soles,
acomodando el amor entre cojines...

Se unían los cuerpos sinceros bajo una manta de besos y arrullos,
hacías mi pelo tuyo mientras mis ojos caían,
y entre un sofá pintado, de poesía era tu sonrisa lienzo,
traías en todo ello un verso de paz donde siempre encontraba algo...

Esas caricias de tus manos sobre las mías,
de fuego acostado arropaban y ardiendo al tacto,
sin mediar palabra, todo decían,
haciendo el amor en su abrazo,
naciendo luego mi vida.

No es extraño que aún extrañe las noches de esos días,
no es pasado pues aún retoza en mi memoria,
el susurro de tu voz en mis oídos,
las palabras no habladas,
los momentos vividos,
que laten aún en mi pecho a pesar de las heridas,
porque son del sueño remiendo y del corazón tiritas,
como cuando abrazadas se hacían el amor,
reposando el calor en su regazo,
retazo que mecía,
toda mi vida en tus manos,

y toda la tuya, en las mías...

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