Seria el despertar que me dió esa tarde, seria el aire que me rozó la mejilla, donde estarias tu aquella tarde de insolitos recovecos y huecos en mi espalda cuando tanto te llamaba, acordamos que lo nuestro nobseria eterno, navegando el desastre nuestra consciencia fue parte de cada segundo arrastrado en nuestros cuerpos anclandonos en pieles frágiles al tiempo y su destino. Y sin embargo el abrazo de mil princesas no quitaban la sed como los tuyos, donde tus abrazos abarcaban una vida entera en tres segundos de calor. Vivimos pobres siendo soles por dentro, y nos quejabamos de lo frugal de nuestro pasar. Fuimos incognitas sin resolver por el otro, acabadas lineas de metro con demasiadas paradas mientras nuestro ánimo viajaba a la velocidad de una luz de un tunel infinito mientras soñabamos juntos hijos aun no nacidos. Eramos escarcha en lamañana y ardor de leña en la noche, dos oblicuos convergentes por principios matematicos de pares positivos y aun así la vida perra nos ganó por la mano, incandescentes y volubles, solubles a veces e insolucionables problemáticos, dimos un giro postal a nuestra historia, destruyendo cualquier asomo de esperanza posterior, fuimos cadenas de anclas sobre rios poco profundos. Y nos ahogaron los vasos donde bebimos nuestra sed, y tuvimos aquel instante de duda en nuestras pupilas demasiados ratos, cuando solamente frotando los ojos del pensamiento hubiesemos sabido esquivar este destino, y aún más derrito en rabia al pensarlo, pesarlo y sopesarlo nunca tuvo tanta gracia, pero la desgracia de la poca perseverancia humeaba por su ausencia acusando los motivos.
Por eso esta noche despido esos soles que por dentro tanto calentaban y que regamos con lagrimas lluvia de cadenas, porque si algo falto o faltaba fueron los fieros nuevos aires sobre un mismo colchón, aquel donde haciamos la noche y que fue tumba donde la propia noche murio...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Quemo