A un paso

A un paso. Contengo esta herida que aún chilla en mi recuerdo.

Equiparo los motivos deshauciados vertidos y extravío risas incautas de paladares hastiados.

Vienen lejos pero vienen. En carrozas de miel y vino, recortando las simples llamas de un corazón, mirando al horizonte con agravios comparativos.

Disipo la nostalgia en oídos alternos mientras divergen lunas fluorescentes en gotas de rocío. Socavan los prados de primavera los ríos mientras el aire conmueve la brisa. La prisa del tiempo atrapado en silencio vaga por las calles mientras asfálticas nubes se reposan al declive del sol sobre los adoquines dorados.

Dotados de cierta dolencia acabamos la botella de ron mientras la vida pasa y se pasa temprano al olor de leña, mientras calienta las sábanas marchitas de sombras. El temblor de las palabras rompen cualquier doblada moral siendo mortal su daga que rompiendo todo a su paso, pasa de largo el fruto del árbol seco y exhausto que alguna vez creció, subiendo a lo alto sus ramas como la fragua alza las llamas al sol.

Y termina el día, hoy no hay yo, que reciban estos versos morados los que cabalgan caballos de inquieta pasión, que ahora yo me bajo, me rajo de este vagón, que el cansancio de mis ojos pesa como mil lastres cobardes, que tiran hacia abajo apagándote. Y que remonten el vuelo jóvenes errantes, que hilando sueños como yo, antes de ser dos, yo, hacía antes...

 

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